Me perdí entre sueños y realidad la otra noche, frente a mi, un anciano irradiaba sabiduría en su rostro, no podía dejar de mirarle fijamente a la espera de que de sus labios manara alguna palabra. - ¿Amas? - preguntó tajantemente sumiéndose de nuevo en el silencio, pero su pregunta en continua reverberación acústica paseaba rápidamente por mi cabeza buscando una respuesta que obstaculizara tan delirante momento. - Moriría - contesté, y tomando esta palabra el lugar de la pregunta, rápidamente comenzó a pasear por mi cabeza, debía continuar - ¿Moriría? ¿Moriría? - Moriría por ti que ahora lees esta carta, pues por ti sueño, por ti escribo, por ti conservo el corazón que debería arrancar de mi pecho para no sentir tanto amor, pero tendría después que arrancarme los ojos y los oídos, pues estoy seguro que tan solo con verte u oírte nacería de mis venas un nuevo corazón, ¿piensas que bromeo?, yo que te doy todo a cambio de nada, yo que alimento mi alma tan solo sintiendo que estando a mi lado te sientes feliz, no puedes negarme lo que en tus ojos veo, ese brillo que me ciega y me hace apartar la mirada, esas palabras que a veces salen de tu corazón, pero que al pasar por la cabeza y de esta a la voz, llegan a mis oídos confusas, una fusión de sentimientos y pensamientos pesados en balanza para confundir la razón, confusión, cobardía, así me siento, postrado a un lado de la balanza, el del sentimiento, y en el otro, el del pensamiento, todo aquello que en la niñez te enseñaron, lo que acepta la gente, lo que mata al momento, al ser humano, al sentimiento, y si en un instante, este te invade y la balanza se inclina mi favor, cuando estamos muy cerca y sin medida te entrego mi amor, lo recoges y esparces sin darle importancia, te enfadas contigo y te resguardas en las reglas, ese punto estático que encuentras insípido porque vacía el alma, pero mantiene la conciencia tranquila, la vida aburrida, quieta, serena en la triste rutina, eres egoísta ¿sabes?, pero no te culpo, yo pense lo mismo... - Durante mucho tiempo pense lo mismo - asintió de repente el anciano dejándome atónito por completo, al mirarle observé como su cabeza asintia, sus ojos me miraban y en un parpadeo, me encontré saboreando tu nombre en mis labios, mirando la lámpara en el techo de mi habitación, no recordaba nada, tan solo una pregunta - ¿Amas? - y una respuesta - Moriría por ti...:D
la la la la la la la bash bash !
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